
Absalón y Joab, Jenaro y Daniel Yu
Me ha llevado un buen rato de Google y de Biblia localizar
el nombre de ese personaje cuya desgracia recordaba vívidamente –con el
colorido de aquel libro gigante lleno de ilustraciones en el que el puntero de sor
Anunciación señalaba, ante nuestros asombrados ojos de párvulos, la quijada de
asno con la que Caín mataba a su hermano Abel, la torre de Babel derrumbándose o
las parejas de animales embarcando en el Arca de Noé-, pero cuya identidad se
había perdido en mis recuerdos en un laberinto nebuloso de nombres bíblicos:
Roboam y Jeroboam, Nabucodonosor, Joab, Habacuc, Joel, Josué, Judá...
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Muerte de Absalón. Ilustración del Weltchronik (Crónica del mundo), de Rudolf von Ems. Fotografía tomada de Wikipedia |
Porque, a estas alturas, estará el fundador de Gowex
preguntándose, como Segismundo en la introducción de La vida es sueño: ¿No mintieron los demás? Pues, si los demás
mintieron, ¿qué privilegios tuvieron que yo no gocé jamás? Aunque la pregunta
no es esa, sino la inversa: ¿se investigarán y sancionarán también las demás
mentiras? Por ejemplo, ¿explicará alguien a los trabajadores de Nutrexpa
de Palencia, que este viernes empezarán a quedarse sin trabajo, hasta
dónde llegaba la mentira de ese Plan Simba, tan organizadito en todos sus
aspectos, que, al parecer, consistía en conseguir subvenciones públicas
destinadas a crear empleo, pero utilizarlas para destruirlo cerrando la
fábrica?
Ese retorcimiento directo de la comunicación, el emplear las
palabras más pretendidamente nobles –como las de "responsabilidad social
corporativa" y otras fórmulas parecidas- para contar exactamente lo
contrario de lo que se está haciendo, o para disimular que se está haciendo
exactamente lo contrario de lo que se ha prometido, es la peor corrupción de
esa parte de la profesión periodística –la comunicación institucional- a la que
he dedicado más de treinta años de mi vida, y que en estas ocasiones me repugna
hasta la náusea.
La siesta de verano...
Quizás sea eso a lo que se refieren Eloy
Arribas y Jonás Fadrique –mira, otro nombre bíblico con jota- al denominar
a su nuevo proyecto "Summer Nap" (siesta de verano). No solo porque, mientras mucha gente echa su
siestecita veraniega en el sofá, ellos estarán trabajando en la galería Javier
Silva y todo el que quiera podrá ir a verles currar, sino también porque
quieren llamar la atención hacia el cuerpo de siesta -de despreocupación y
desinterés- en el que parecemos habernos instalado ante los cambios y crisis
económicos, políticos y sociales que estamos viviendo en los últimos años. Como
si eso ocurriera detrás de un muro y no nos importara mucho.
... y las rosas de alivio luto
Pasaron los vientos y las nubes, y llegó de nuevo, con la
luna llena, la calma y el calor a este intento de verano, así que volví a tomar
el camino del río; y es curioso, ahora echo en falta las rosas y la hiedra del
muro, a las que ya no veo como tapadera de algo sucio y abandonado, sino como
una realidad en sí mismas. Porque tan real como la corrupción –ya sea de jefes
de mantenimiento municipales, empresarios fantasmas o trapaceros sacatajadas de
subvenciones- es el trabajo limpio de tres estudiantes de ingeniería industrial
que han pasado a la
final del Michelin Challenge Bibendum con un proyecto para compartir
cargamentos en los camiones y así disminuir gastos, ahorrar energía y tirar
menos CO2 a la atmósfera; o
el de la investigadora Estefanía Gioria, premiada en un congreso de química
organometálica por sus avances (dentro de un programa de doctorado de la UVa
coordinado por el catedrático Pablo Espinet) para facilitar la preparación de
moléculas de alto valor añadido, muy utilizadas en fármacos o en productos
fitosanitarios. Que no todo va a ser basura y mentira en la comunicación
institucional.
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Estefanía Gioria, investigadora del CINQUIMA de la Universidad de Valladolid (foto tomada de la web del grupo de investigación) |
Entre
esas rosas –que las hay de todos los colores, igual que en la política-, he
llegado a coger especial cariño a unas cuantas matas de color lila, pálidas y a
veces un poco sucias por culpa de los tubos de escape, pero a la vez –aunque
parezca contradictorio- frondosas y rozagantes. Su color me recuerda a un
vestido que tenía mi madre para las temporadas de alivio luto, esos momentos
tan raros en la vida de la gente en los que los hipócritas se disfrazan de
tristes y los sinceros retoman proyectos e ilusiones con un cierto miedo porque
está demasiado cercana la memoria de la pérdida.
Así veo esta temporada, que
comenzó con un coloquio
entre José Manuel Navia y Gustavo Martín Garzo hablando de la necesidad de
soñar y de asumir la tristeza y el sentido de la pérdida, coincidiendo casi en
el mismo día con novedades sobre proyectos retomados: la
reapertura de Extrusiones Metálicas –confirmada
de nuevo ayer mismo por el director mundial de la firma, Jesús García-; la
puesta en marcha del proyecto de regeneración
de los Cuarteles de Arco de Ladrillo; y la proximidad del traslado
de los talleres de Renfe, que liberará el primer espacio del Plan Rogers,
con la mezcla de esperanza y de incertidumbre de si llegará a realizarse o se
quedará como parte de ese "Valladolid
que casi existió", que podemos ver en la exposición
del Archivo Municipal.
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Folleto informativo de la exposición "Valladolid soñado. Imágenes de la ciudad que casi existió" (tomado de la web del Ayuntamiento de Valladolid) |